CARLOS ANTONIO CARRASCO, presenta en La última confesión del libertino, su primera incursión literaria. Diplomático, columnista en periódicos latino-americanos y europeos, recorrió el planeta, en sus más recónditas regiones, alternando con los poderosos y con la población aldeana, por igual. Fruto de sus traviesas peregrinaciones son las decenas de episodios amorosos que alimentaron su imaginación para retratar el alma y cuerpo de la mujer, en niveles de elegante erotismo, ocurridos en situaciones y lugares alucinantes, descritos con maestría y picardía para provocar en el confesor su malsana curiosidad y llevarlo a dudar de su propia fe. Inventa la personalidad de un narrador de fino cinismo y sutil humor, cuya existencia parece haber sido un prolongado orgasmo, con algunas interrupciones para trabajar, conspirar y arrebatar al prójimo su mujer, urdiendo secretos de alcoba, con el solo propósito de acumular elementos que le sirvan para tejer una trama que haga de su vida, la mejor novela.