«Mientras que el poder corrompe, la poesía purifica, ya que el arte establece las verdades humanas básicas que deben servir como fundamento de nuestro juicio». Inspirado por John F. Kennedy, Luis Alberto Ambroggio recorre y analiza la obra de los poetas que, desde 1937, recibieron el cargo de Consultor de Poesía de la Biblioteca del Congreso y que en 1985 cambiaría a Poeta Laureado Asesor de Poesía para la Biblioteca del Congreso.
Este cargo supone servir a dicha institución, que permanece abierta a todos los estadounidenses. La Biblioteca da al poeta no un busto ni un pedestal, sino el espacio para alzar su voz y, como dice Ambroggio «ejercer sus funciones, modelando y expresando su visión que debe medirse por su capacidad de sentir amor, dolor, rechazo. Ante todo en una democracia que se dice libre, abierta, humana. Los poetas aquí representados han dejado una huella indeleble».